El mar se expande frente a mí. El tiempo pasa mientras contemplo como el esbozo de mi reflejo se funde con las aguas hasta que se pierde en el infinito, en el límite. Allí donde no alcanzan a ver mis ojos.
Un mar de dudas se remueve ante a mi. Un mar de contradicciones. Un mar impredecible en el que aunque a simple vista resulte paradógico, conviven juntos la monotonía y el silencio de la marea en calma con el sonido de las olas al romper estrepitosamente contra la arena. Un mar abierto y transparente que deja entrar los rayos de la luz del sol durante el día y un mar opaco, oscuro e impenetrable durante la noche.
Un mar absurdo de antítesis discordias y disparates...